El día que deje de soñar,
que respire por instinto,
que no culpe a la almohada
por guardar tu perfume...
El día que cante
sin inventarme las letras,
que deshaga las maletas
y olvide tus tatuajes…
Ese día, se acabará mi viaje.
Hasta entonces, serás mi copiloto
y seguiremos sin destino,
hasta llegar allí
donde no ha ido nunca nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: