Ya no sé cómo es mi fuerza sin tu voz,
no sé cómo puedo despertar sin ti...
Ahora que el viento se ha hecho nubarrón,
vuelvo a esconderme entre las promesas
que dejaste sin cumplir.
Regresa el dolor en su aniversario,
duele la piel sin tu calor,
este mes tiene un sabor amargo
y, sin embargo,
a veces pienso que lo invoca el corazón.
Ya solo vuelves a buscarme ahora
entre derrota, veneno y compasión.
Tu piel de sal sobre mi herida abierta
y yo sin poder dejarte
de acariciar.
Lloraré tu adiós toda la vida,
pero un día al año regresas,
doliendo siempre un poco más,
recordándome que el miedo
fue perderte y olvidarme del plural.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: