viernes, 14 de junio de 2013

Mi otro yo - Cap 2



-2-

El timbre sonó y junto a él siguió el sonido de los no más de 20 estudiantes que compartían curso con Marta. Algunos entraron atropelladamente, ocupando los sitios del fondo de la clase; otros más calmados y en grupos, charlando y riendo amigablemente. Fueron pocos los que se fijaron en que la profesora no estaba sola en su mesa, y de los que se fijaron, solo una chica saludó a Marta con una pequeña sonrisa en un rostro inusualmente infantil.

Ferreimda anunció el trabajo que se iba a presentar y pidió silencio y atención. Luego el silencio ocupó la sala y todas las miradas se dirigieron hacia la pequeña heredera de la fortuna Vovarní. Esta tragó saliva sonoramente, respiró tratando de calmarse y se puso en pie, fijando su mirada en un punto fijo en la pared pero obligándose a mostrar una pequeña sonrisa y una mirada segura.

Su presentación fue espectacular, digna del trabajo que estaba presentando, Marta sintió por un momento que todo iba bien, que a la gente le estaba gustando y al fin aceptarían su talento innato y su esfuerzo, pero todo ello se desvaneció rápidamente tras los primeros susurros:

-          Sí, muy impresionante, me encantaría conocer al AUTÉNTICO autor, ¿no le dará vergüenza aprovecharse así de alguien?
-          Esa no conoce lo que es la vergüenza, ¿no ves que es millonaria? Se ha criado entre algodones, suelos alfombrados y cortinas bordadas a mano con fibras de oro… - contestó riéndose el chico a quien le habían susurrado la pregunta anterior.

Marta dirigió la mirada a aquel grupo de jóvenes de dónde provenían los susurros, carraspeó y estos bajaron el tono pretendiendo que la conversación no tenía nada que ver con la chica que ahora hablaba con la cabeza alta, tratando de ocultar el efecto que aquellas palabras habían tenido sobre ella.

Por otro lado, la señorita Ferreimda había quedado impresionada, hasta entonces había creído los rumores sobre aquella chica y por eso no había fijado especialmente su atención en ella, pero allí estaba, con ese trabajo perfecto, una presentación modélica y un brillo en los ojos que demostraba la veracidad de las palabras que con pasión  y orgullo pronunciaba a favor de su obra. No había dudas, ese trabajo era suyo, y no solo eso, sino que Ferreimda hacía ya mucho tiempo que no veía una vitalidad semejante. Desde ese día, empezaría, sin darse cuenta, a admirar en secreto a esa pequeña muchacha que solo quería encajar y hacerse oír.
Terminada la presentación, Marta se dejó caer en su silla y esperó la respuesta de la sala. Hubo más susurros, pero Marta prefirió ignorarlos. De pronto, una voz tímida pero decidida acalló todos los sonidos de aquella aula:

-          Perdona, Marta ¿podría hacer una pregunta?

Marta alzó la mirada, tenía las defensas bajas y no esperaba escuchar la voz de aquella adolescente, de cara inusualmente infantil, que ya había llamado su atención al entrar en clase. El silencio de la sala le recordó que debía contestar la pregunta, así que abrió su boca dispuesta a hacerlo, pero de ella no salió sonido alguno.

Habían pasado escasos segundos desde que aquella chica había hecho la pregunta, pero a Marta le estaban pareciendo una eternidad y se obligó a contestar lo más rápidamente posible, así pues, se limitó a asentir con la cabeza para indicar a su compañera que hiciera las preguntas que quisiera. 

-          Bueno, me gustaría saber un par de cosas. La primera es qué material ha usado en los trazos de relieve del lienzo para darle esa profundidad a su dibujo.
-          Pues… - Marta no espera ese tipo de pregunta, no tenía prácticamente nada que ver con su trabajo, pero por la voz de aquella muchacha, parecía querer ser un halago hacia su obra y el esfuerzo que había requerido – usé diferentes tonos de pintura al olio y algún matiz de pinturas pastel para darle profundidad, el relieve lo conseguí del desgaste de la pintura tras varias capas de indecisión.
-          Guau! Eso es impresionante, nunca se me hubiera ocurrido esa técnica, tendré que probarla en casa… jejej. Y bueno, respecto a mi segunda pregunta… me gustaría saber por qué has decidido representar a los personajes con tonos cálidos en vez de los convencionales tonos azules, ya que se debe a una exposición de navidad.
-          Bueno, eso es fácil, quería mostrar la doble cara de los colores si se sabe combinarlos. Creo que aunque sean unas fechas poco cálidas, meteorológicamente hablando, se trata de fechas familiares muy señaladas en dónde el calor y la cercanía de los seres queridos crea esa contradicción de sensaciones que es lo que comúnmente se denomina espíritu navideño.

Las palabras habían salido de su boca, antes incluso de que hubiera podido pensarlas, había tenido la sensación de estar sola en la sala con una amiga de toda la vida. Se había sentido libre de decir lo que realmente sentía y pensaba de su obra. La pregunta de la joven le había creado cierta confusión de emociones, ya que sentía que estaba criticando su obra y debía defenderla, pero la tranquilidad y suavidad del tono daban a entender la comprensión del lienzo y su imagen, además de un cierto grado de admiración por el mismo. Marta miró a la chica, quien se acomodó en su silla y asintiendo con la cabeza, en gesto de aprobación, añadió un último comentario exaltando las cualidades de la obra, la perfección del trabajo y la soltura de la exposición. Acto seguido sonó el timbre, disolviendo el ambiente de respeto y aceptación que había envuelto la sala y acunado familiarmente a Marta, que miró a la profesora para cerciorarse de que la clase ya había concluido. Cogió sus cosas, observó cómo sus compañeros abandonaban la sala y esperó a ver pasar a la chica y poder así acercarse a hablar con ella. Pero justo cuando la chica traspasaba el umbral de la puerta y Marta se disponía a interceptarla, la voz de la profesora sonó a su espalda:

-          Señori… Esto, Marta!

Marta se obligó a volverse, sabía que en aquel momento sus estudios y su posible futuro tendrían que anteponerse a la posibilidad de conocer a esa intrigante muchacha  que parecía apreciar a Marta más que cualquier otra persona que esta conociera.

-          Sí, profesora, ¿quería algo? – Marta no olvidó guardar las formas y los modales que su madre le había enseñado para con los profesores y personas responsables.
-          Bueno, quería…Felicitarte por tu trabajo – dudó al escoger las palabras Ferreimda – has presentado un magnífico trabajo y será elegido y llevado a cabo para la función. Me preguntaba si tienes alguna nota o apunte que quieras matizar antes de que lleve tu boceto al taller de costura y diseño.
-          La verdad es que tengo varias anotaciones, he dejado el cuaderno con todas ellas en el maletín junto con el lienzo. Pero me gustaría estar presente cuando les presente el proyecto, así podrán preguntarme todas las dudas y podré ayudarles lo más posible, al fin y al cabo, es mi proyecto y nadie lo conoce tan bien como yo – dijo Marta con una sonrisa satisfecha en los labios
-          Está bien, ya te avisaré, enhorabuena por tu esfuerzo, sigue así y lograrás sacar algo realmente ventajoso de tus estudios en este centro

Y tras la pequeña conversación, Marta al fin se vio libre de salir del aula.

La siguiente hora no tenía clase, así que se fue a cafetería con la esperanza de que su misteriosa compañera se encontrara allí.

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