Ya ni escribir es lo mismo;
cada vez que cojo el lápiz,
sólo tu cara en mi mente,
mirándome fijamente
desde aquel papel-tapiz.
Créeme, no es tan fácil,
no tanto como solía.
Antes, solo miraba el lienzo
y, en un segundo... fluía:
Versos de buena mañana
sonetos al mediodía
salir en busca de un romance
y acabar perdiendo la rima
(y el ritmo, y la métrica...)
Cualquier frase valía
el sentido se lo daba el sentimiento
y la cohesión, tu voz
al recitárselo al viento.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: