Cuando me quede sin fuerzas
se apagará mi batería
y no hay pila de repuesto
que haga sanar las heridas.
Mas llévame al refugio
a tocar los elementos,
a volver a ser de barro,
moldeada por el viento.
Me curará Madre Tierra
en su pulmón artesano
regalándome el oxígeno
que por meses he ansiado.
Y con las pilas recargadas
en el enchufe de la vida
volverá a funcionar la máquina
a la que llamaste María.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: