viernes, 30 de mayo de 2014

Baile de sillas - cap. 6



BAILE DE SILLAS

Esta historia trata de una chica algo frustrada cuyo único sueño es bailar. Lo consigue al llegar al instituto nuevo en LA, la única pega es que para hacerlo ha tenido que mentir. Cuando llega al instituto ha tenido un problema en las piernas y va en silla de ruedas, al principio piensa que es un gran problema, pero descubre que gracias a ello encaja a la perfección y es totalmente aceptada por sus compañeros, cosa que rara vez le había pasado. Pensó que era su silla de ruedas lo que gustaba a la gente, así que aunque ya no necesitaba la silla, la seguía usando. Estuvo bailando con ella, cantando y encajó perfectamente en un grupo que se hizo famoso, no solo en el instituto, sino también a nivel estatal. Es en ese grupo donde conoce a una chica de la que se enamora, aunque al principio hay problemas por su miedo al rechazo, finalmente salen juntas y todo es perfecto, hasta el momento en el que la descubre bailando de pie y todo se desmorona. ¿Qué hará esa chica al saberlo? ¿Y la protagonista, volverá a bailar?



Cap. 6-

Al final sí fui al ensayo, aunque no debería haberlo hecho; ¿queréis saber por qué? Ahora os lo cuento:

Según entré por la puerta sentí la mirada de todos fija en mí. Sigo sin saber exactamente por qué, ya que yo no había hecho absolutamente nada malo, me había limitado a hablar con una compañera de clase. ¿Qué hay de malo en ello? Vale, admito que me contó cosas de Aly que quizás ella no quisiera que supiera, pero tampoco yo la voy a juzgar sólo por lo que diga Marie. Eso sí, y supongo que alguno lo habréis pensado, no entiendo cómo puede seguir Marco tan engañado, ¿quizá piense que es bisexual? No sé, esto se está poniendo muy raro…

Siguiendo con el ensayo, estuvimos ensayando la coreografía, pero no fue como siempre, claramente algo pasaba y yo no sabía el qué. De normal, en los ensayos añadíamos algún movimiento improvisado que daba mucha vida al baile y quedaba de lo más natural, además hacía que ninguna representación fuese igual y que muchas de las “bobadas” que hacíamos se incorporara a la coreografía en futuras interpretaciones. Esta vez, por el contrario, se hicieron movimientos mecánicos, sin apenas sentimiento, sin espontaneidad, todo muy soso para lo que acostumbrábamos…

Esto me dio que pensar, pero no quise decir nada, el aire estaba demasiado tenso, me dio hasta miedo.
Cuando habíamos bailado la canción tres veces seguidas y estábamos todos agotados, en vez de ir un rato a la cafetería a tomar algo todos juntos, cada uno se fue por su lado sin hablar y se tomó su tentempié a solas. Yo no había llevado nada, así que me quedé allí mirándoles sin decir nada, sin entender nada…

Aly entró al baño y decidí que tenía que hablar con ella, así que la seguí hasta la puerta y allí me quedé esperando.

-          Aly, espera, creo que deberíamos hablar, ¿qué pasa? ¿por qué la gente no se habla? ¿Por qué este cambio? Sólo he hablado con ella, es una versión, nunca he oído la tuya, así que no puedo creerla.

Aly no contestó al instante, sino que se quedó mirando fijamente a Sofía durante unos segundos antes de apartar la mirada algo avergonzada y susurrar una frase inaudible.

-          Perdona, no te he oído ¿qué has dicho? – trató de sonar lo más amigable posible Sofía
-          He dicho que este no es un lugar para hablar esas cosas, que no me sigas al baño.
-          Va…vale… lo siento, pensé que preferirías hablar en privado que delante de todo el grupo.
-          Ese es el problema, tú nos ves como un grupo, para mí son mi familia.
-          ¿Cuál es la diferencia?
-          Que no oculto nada a mi familia. – cambió la expresión seria y cansada que había mantenido por una sonrisa tímida – ven.

Dicho y hecho, Aly empujó mi silla hasta el centro de la pista, donde solíamos reunirnos en corro a hablar.

-          Reunión familiar, chicos.

Todos se congregaron alrededor de nosotras bastante más animados que antes, ya que suponían (al igual que yo) que eso significaba el final de la discusión, vamos, que se arreglaban las cosas y volvían a ser como antes.

Pero, como he dicho antes, ojalá no hubiera ido al ensayo. Aly se puso en pie en el centro de aquel círculo de personas, pronunciando en voz seria y grave un discurso digno de una líder:

-          Familia, nos hemos criado juntos, sabemos cada secreto, cada caída y cada tropiezo de nuestros compañeros. – todos asintieron – Hace tres años decidimos llamar a esta familia “Rollernoters” y desde entonces hemos vivido cosas grandiosas. – Fue girando para mirar a la cara a cada uno de los presentes uno por uno – En las caídas, nos hemos apoyado; en los fallos, nos hemos ayudado; en las malas decisiones, hemos estado ahí; en los malos momentos, en los momentos de bajón, en los suspensos, en las broncas, en las enfermedades… - llegó a mi cara – Pero no todos hemos estado ahí, no todos sabemos nuestro pasado, no todos valoramos esta familia más que nada, no todos…
-          Aly, te estás pasando – Salió Willow en mi ayuda.
-          No, no me estoy pasando, estoy diciendo la verdad. Ella no ha estado, no sabe lo que pasó, no sabe lo que sentimos, lo que sufrimos, los problemas que tuvimos y los esfuerzos que tuvimos que hacer.
-          No es justo, no estuvo, vale ¿y qué? ¿No nos ha ayudado todo este tiempo?
-          No, Will, agradezco que lo intentes, pero Aly tiene razón, debería irme. Lo pillo – le hablé esta vez a Aly – quieres que me vaya, podías habérmelo dicho antes, pero no, tú prefieres hacerlo en público, para que tu familia te apoye a ti. Lo entiendo. Adiós, chicos, gracias por estos días, han sido geniales. Suerte en la representación.

Salí de allí sin mirar atrás, no sé qué pasó después allí, ni quiero saberlo. Se ha acabado.

-          ¿Sofía, estás ahí? Siento entrar así, me ha abierto el botones.
-          ¿Marie? ¿Qué haces tú aquí? 

-          Bueno yo… 
-          La he llamado yo – apareció Buffy (la hermana de Willow) a su espalda 

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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo:

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