Una mirada al infinito y ya me tienes perdida,
amarrada a tu mundo para que no desaparezca
y aferrando con fuerza tu mano para seguir andando.
“No decaigas, sigue recto, sé valiente…”
Se recitan tus palabras en mi mente,
incesante es su canción y eficaz es su tortura,
pues han llegado a convencerme de que sigues conmigo,
que eres dueña del infinito donde clavo mis ojos al perderme,
y que respondes callada con una noche de estrellas,
para decretar que siga siendo feliz, porque merece la pena.
amarrada a tu mundo para que no desaparezca
y aferrando con fuerza tu mano para seguir andando.
“No decaigas, sigue recto, sé valiente…”
Se recitan tus palabras en mi mente,
incesante es su canción y eficaz es su tortura,
pues han llegado a convencerme de que sigues conmigo,
que eres dueña del infinito donde clavo mis ojos al perderme,
y que respondes callada con una noche de estrellas,
para decretar que siga siendo feliz, porque merece la pena.
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Ahora me toca leerte a mí, soy todo... ojos, supongo: